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717 m
29 m
0
9,1
18
36,58 km
Megtekintve 2405 alkalommal, letöltve 68 alkalommal
közel Otañes, Cantabria (España)
IBP 75
Ruta espectacular por la divisoria entre Cantabria y Vizcaya, que gustará especialmente a aquellos que sean aficionados a la fotografía paisajística, así que sobra decir que debería hacerse en días despejados. El trayecto es más bien para otras fechas (muchos de los tramos estarán embalsados y embarrados en época de lluvias), pero aún es transitable y apenas hay barro. Hay un par de trechos técnicos, pero muy cortos para calificarla de "Difícil".
El itinerario parte de Otañes incorporándose a la Vía Verde Castro-Alén que discurre por el barranco de Callejamala. La pendiente empieza a aumentar (si bien de forma nada extrema) una vez pasados los cargaderos de mineral hasta alcanzar el falso llano que nos lleva a un cruce de pistas (Laia, alto de las Muñecas, Alén, etc.). Aquí se toma el camino forestal que se dirige hacia el poblado Alén, pero sólo durante unos pocos metros pues en breve hay que desviarse a la derecha por una pista que asciende hasta las inmediaciones del Betaio zigzagueando entre pinares. En este punto se encuentra una rampa técnica muy pedregosa, aunque corta, que nos coloca en el collado. Es una rampa factible pero bastante dura. Con todo, la recompensa es inmediata: vistas claras y muy abiertas.
Cresteamos con facilidad atravesando la zona megalítica de Peruchote para alcanzar sin mucho esfuerzo la cumbre del Ventoso, auténtico mirador al Cantábrico. Desde el Ventoso hay múltiples opciones de descenso a los cercanos Santullán y Agüera, pero nosotros bajaremos por el cordal en dirección al alto de La Granja, cerca de Castro Urdiales. Es una bajada bonita y facilona por buena pista y con vistas impagables: a un lado, el valle de Guriezo; al otro, la costa cantábrica; de frente, las moles de caliza del macizo de Cerredo. Poco antes de enlazar con la pista del alto de la Granja nos desviamos a la derecha por un sendero herboso que tiene algún tramo técnico, pero, de nuevo, muy corto para resultar problemático.
Tendido ascenso a La Granja para después incorporarnos a la carretera comarcal y atacar la rápida, revirada y divertida bajada a Sámano. Regreso a Otañes por asfalto.
Un último aspecto que hay que tener en consideración es que nos movemos por zonas de plantación forestal, de modo que el estado de algunas pistas puede variar en función de los trabajos de tala.
Ruta espectacular por la divisoria entre Cantabria y Vizcaya, que gustará especialmente a aquellos que sean aficionados a la fotografía paisajística, así que sobra decir que debería hacerse en días despejados. El trayecto es más bien para otras fechas (muchos de los tramos estarán embalsados y embarrados en época de lluvias), pero aún es transitable y apenas hay barro. Hay un par de trechos técnicos, pero muy cortos para calificarla de "Difícil".
El itinerario parte de Otañes incorporándose a la Vía Verde Castro-Alén que discurre por el barranco de Callejamala. La pendiente empieza a aumentar (si bien de forma nada extrema) una vez pasados los cargaderos de mineral hasta alcanzar el falso llano que nos lleva a un cruce de pistas (Laia, alto de las Muñecas, Alén, etc.). Aquí se toma el camino forestal que se dirige hacia el poblado Alén, pero sólo durante unos pocos metros pues en breve hay que desviarse a la derecha por una pista que asciende hasta las inmediaciones del Betaio zigzagueando entre pinares. En este punto se encuentra una rampa técnica muy pedregosa, aunque corta, que nos coloca en el collado. Es una rampa factible pero bastante dura. Con todo, la recompensa es inmediata: vistas claras y muy abiertas.
Cresteamos con facilidad atravesando la zona megalítica de Peruchote para alcanzar sin mucho esfuerzo la cumbre del Ventoso, auténtico mirador al Cantábrico. Desde el Ventoso hay múltiples opciones de descenso a los cercanos Santullán y Agüera, pero nosotros bajaremos por el cordal en dirección al alto de La Granja, cerca de Castro Urdiales. Es una bajada bonita y facilona por buena pista y con vistas impagables: a un lado, el valle de Guriezo; al otro, la costa cantábrica; de frente, las moles de caliza del macizo de Cerredo. Poco antes de enlazar con la pista del alto de la Granja nos desviamos a la derecha por un sendero herboso que tiene algún tramo técnico, pero, de nuevo, muy corto para resultar problemático.
Tendido ascenso a La Granja para después incorporarnos a la carretera comarcal y atacar la rápida, revirada y divertida bajada a Sámano. Regreso a Otañes por asfalto.
Un último aspecto que hay que tener en consideración es que nos movemos por zonas de plantación forestal, de modo que el estado de algunas pistas puede variar en función de los trabajos de tala.
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